Podemos afirmar que el día tiene 24 horas, en los cuales poco nos detenemos a estudiar la distribución que le damos al mismo. Ciertamente cada día sentimos que las horas son más cortas, los minutos transcurren más rápidos y la noche llega de manera temprana a
nuestra rutina. No quiero enfocarme en la forma en que manejamos nuestra agenda diaria para hacer “rendir” las escasas 24 horas del día, quiero ir mucho más allá, que cada hora cuente como una experiencia saludable.<
Comencemos por las horas de sueño, para muchos inútiles, pero tan necesarias para el organismo mortal que somos. Aproximadamente, y con mucho optimismo, podemos decir que dormimos entre 7 u 8 horas al día (24-8=16), en las que fabricamos músculos, curamos enfermedades, limpiamos nuestro organismo, liberamos hormonas esenciales, descansamos nuestra mente, quemamos calorías y además podemos divisar alguito de lo que nuestro inconsciente nos asoma en los sueños.
Y nos quedamos con 16 horas…
Si preguntamos a cualquier persona del mundo occidental qué es lo principal y fundamental, o lo más importante en su vida, es muy probable que diga La Familia, constitución básica de la sociedad en las que gestan las relaciones más importantes, base de nuestra conducta y hábitos. También nos podemos encontrar con personas que describen su vida personal (que incluye vida social, pareja, hobbies, etc) como lo más relevante. Teniendo en cuenta que nos quedan 16 horas, podemos decir que a la familia o vida personal se le dedica 1 hora antes de salir a trabajar, y unas 5 o 6 entre la hora de salida del trabajo y la hora de dormir.
A esto debemos agregar las actividades personales como asistir a un gimnasio, a danza, yoga etc, o a las responsabilidades adicionales a las laborales, como lo son por ejemplo, las labores del hogar. En conclusión podemos decir que 7 horas de nuestro día son dedicados a la familia o vida personal (16-7=9)
Nos quedan 9 horas…
En ésta 9 horas, que son en porcentaje, el mayor bloque de actividad del día, me quisiera enfocar un poco. Éstas son las 9 horas que dedicamos a nuestra vida laboral, en muchos casos “aislada de la vida personal” o así lo creemos. Durante éstas 9 horas nos enfocamos en ejecutar labores previamente planificadas o estructuradas con el fin de obtener un beneficio posterior. A esto se le llama Trabajo. Pero éste trabajo no se ve aislado de nuestra vida personal como muchos creen, ésta vida es sumamente efímera y si, por necesidad, decisión o elección vamos a dedicar la mayor cantidad de nuestro día a el trabajo, lo propio es que saquemos el mayor provecho de ello, inclusive para nuestra vida personal.
Es por ello que no podemos aislar ciertos temas de nuestra vida laboral, en ésta debemos construir relaciones interpersonales sanas, que se basen en la confianza y el respeto mutuo, debemos evolucionar y crecer alrededor de la demanda del cargo, asumiendo responsabilidades agradable o desagradables, adaptándonos a sistemas desconocidos, aprendiendo a canalizar emociones (porque SI las emociones influyen en nuestro trabajo) a la continua preparación y aprendizaje para nuestro crecimiento, en fin, es mucho más profundo que “ejecutar labores previamente planificadas o estructuradas con el fin de obtener un beneficio posterior”. Ese sistema de los años de Henry Ford, en las que las cadenas de producción dominaban el trabajo ya no son vigentes, la evolución nos ha llevado a ser multitasking.
A esto debo agregar una variable muy interesante, para nosotros los emprendedores, freelancers, autónomos etc. Los límites entre las 8 horas de sueño, 7 horas de vida personal, y las 9 horas laborales los límites son sumamente laxos. Porque solemos decir “como es lo mío debo dedicarle todo mi tiempo” y no te voy a decir que no sientas la necesidad de dedicar todo tu tiempo a ello, pero sería interesante primero conocer tus habilidades y competencias, para poder hacer un plan que en consecuencia te permitirán hacer una adecuada distribución del tiempo. No en vano para muchas culturas (ciertamente no la hispano-americana) las horas “sobretiempo” no son símbolo de esfuerzo y trabajo, sino un ejemplo de una deficiente distribución del recurso más preciado que pueda existir. El tiempo.
Es necesario buscar las formas para hacer de nuestra vida laboral una vida saludable, a nivel físico, mental y emocional. Fortalecer el Autoconocimiento, para poder generar los mejores resultados en base a nuestras habilidades podría ser la clave del éxito laboral. Y repito si vamos a dedicar la mayor parte de nuestros días a la vida laboral…. Hagamos que lo valga!
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